UNA OSCURA INFLUENCIA
La historia de Grigori Rasputín y su relación con la familia imperial rusa es un relato fascinante y siniestro que ilustra cómo la influencia de un solo individuo puede tener consecuencias para una nación entera. Procedente de la Siberia occidental, llegó a la corte en 1905 y fue presentado a la zarina Alejandra Fiódorovna como un hombre santo capaz de curar a su hijo, el zarévich Alekséi, que padecía hemofilia. La aparente capacidad de Rasputín para aliviar los sufrimientos del joven heredero le granjeó la confianza y la gratitud de la zarina, y a través de ella, el acceso al zar Nicolás II. Ella, convencida de su santidad, le consultaba todas las decisiones importantes, desde asuntos personales hasta nombramientos políticos. El zar, aunque más escéptico, se veía influenciado por la…