DE MADRID AL CIELO
Escribo estas líneas el mismo día en que el país entró en catarsis de tristeza colectiva después de que la onubense Carolina Marín quedara fuera de la final olímpica de bádminton. Triple campeona mundial y ya oro en Río de Janeiro, su rodilla derecha se descompuso en un remate y con ello sus aspiraciones de medalla. Rompió a llorar y aquella imagen se convirtió inmediatamente en símbolo de la crueldad del deporte. A veces te eleva, a veces te condena. Dice que siente haber decepcionado a todos los que la seguían, y la noto sincera. En el momento en que representas unos colores te conviertes en la metonimia de tu patria si así lo decides. No la conozco y es posible que nunca nos crucemos, pero admiro absolutamente su capacidad…